INMERSIÓN LINGÜÍSTICA EN NANTES
Del 22 al 27 de junio, un grupo de 11 estudiantes de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), junto con cuatro adultos, se embarcaron en una aventura educativa y cultural en la localidad francesa de Nantes. Esta iniciativa se incluye en el Programa de Idiomas que la Dirección de Educación, Empleo y Braille de la ONCE convocó para el curso 2024-2025.
La empresa ASTEX ha sido la intermediaria entre la ONCE y el Institut Francophonie en Nantes para la preparación de este curso de idiomas.
Los participantes, diez niñas y un niño de entre 13 y 17 años con déficit visual y ceguera, tuvieron la oportunidad de explorar una de las ciudades más hermosas del noroeste de Francia, a la vez que aprendieron y practicaron el francés en un entorno enriquecedor y accesible.
El Centre International de Séjour Nantais Le Spot, una moderna residencia inaugurada el año pasado, situada en el centro de Nantes y a la orilla del río Loira, fue el hogar temporal de la expedición durante su estancia.
Las mañanas se dedicaron a las clases de idiomas organizadas por el Institut Francophonie, en dos salas en la misma residencia. Las sesiones, de carácter predominantemente práctico y oral, fueron diseñadas meticulosamente para satisfacer las necesidades específicas del grupo, el cual fue dividido en 2 grupos para mayor eficiencia del aprendizaje. Los profesores, con el asesoramiento de los Especialistas de Idiomas del CRE de Sevilla, han elaborado las sesiones, garantizando así su accesibilidad. Se puso un énfasis particular en los aspectos gramaticales, al tiempo que se fomentó la fluidez oral de los participantes.
La agenda del viaje estuvo cuidadosamente diseñada para combinar educación, cultura y diversión. A la llegada, el domingo, los estudiantes comenzaron su aventura con una visita a pie por la ciudad de Nantes y degustaron el plato tradicional de la ciudad, la galette bretonne. A continuación, hicimos un recorrido en un divertido trenecito por las zonas más emblemáticas de la ciudad, antes de volver a la residencia a descansar después de un largo día.
El lunes, comenzaron las clases diarias, las cuales tenían una duración de 3 horas, con media hora de descanso. Después del “repas”, nos dirigimos al Museo de Historia Natural, donde un joven historiador acogió al grupo con una grata bienvenida y explicaciones sobre diferentes tipos de rocas, animales, fósiles, etc., los cuales pudieron tocar, llamando especial atención a los estudiantes el esqueleto de una ballena, fallecida hace escasamente 30 años que aún conservaba un poco de su famosa grasa en las costillas. Después de esta visita, nos dirigimos hacia el pintoresco pueblo de Trentemoult y, para ello, cruzaron el río en un pequeño barco.
El martes, nos aventuramos con la visita al castillo de los Duques de Bretaña y su museo, donde los chicos y chicas pudieron sumergirse en la historia del esclavismo del siglo XVIII, utilizando los sentidos del olfato y tacto para identificar alimentos y objetos provenientes de Las Antillas, así como degustar dulces típicos de la Bretaña francesa. A la salida, visitamos la muralla del castillo y aprovechamos para degustar un rico helado.
El miércoles estuvo dedicado a la botánica. Los estudiantes tuvieron la oportunidad de tocar y oler una gran variedad de plantas, árboles y flores en su visita al “Jardin del Plantes”, un parque artificial creado en el siglo XVIII con especies arbóreas de todo el mundo, colinas, pequeños lagos, grutas y aves. Al terminar la visita al jardín, se consensuó con ellos ir a visitar la île de Versailles donde se adentraron en un maravilloso jardín japonés.
El jueves estuvo dedicado al shopping de souvenirs. Este día permitió a los estudiantes relajarse y disfrutar de los placeres simples de la vida, al tiempo que practicaron el francés en tiendas locales.
El viernes, último día de estancia en Nantes, al no tener clase por la mañana, aprovechamos para visitar Les Machines de l´Île, donde pudieron subirse a animales gigantes mecánicos como la araña, la garza y sobre todo al gran elefante, que hizo un recorrido de media hora por el parque.
Estas actividades no solo permitieron al alumnado conocer la historia y la belleza de Nantes, sino que también les brindó la oportunidad de practicar el francés en un contexto real y significativo. A lo largo del viaje, se ha visto destacado el hermanamiento, la diversión y la riqueza de aprender francés en un contexto práctico y ameno.
En resumen, esta experiencia en Nantes ha sido una oportunidad única para los jóvenes de la ONCE de ampliar sus horizontes, ganar independencia y confianza, y crear recuerdos inolvidables. La combinación de educación, cultura y diversión ha hecho de este viaje una experiencia transformadora para todos los participantes, subrayando la importancia de la inclusión y la accesibilidad en todas las áreas de la vida.